Cuando su madre muere trágicamente en un accidente automovilístico, Jessie, de 17 años, es acogida por su tío y su tía, en el oeste de Montana. Se encuentra en una nueva escuela, con la atención inesperada de un jinete engreído y una necesidad casi imposible de aferrarse a la única conexión que tiene con su madre: las carreras de barriles. Jessie, que hace todo lo que puede para sortear los caballos, no renuncia a su sueño, a pesar de no tener un caballo propio. Pero cuando su tío Mick encuentra un trato en un caballo de corte que ha sido considerado inútil, Jessie encuentra una nueva esperanza en la vida y la oportunidad de competir con los barriles que estaba necesitando.