Fletcher Reed es un servidor de la justicia que se atiene a un sólo código ético: la verdad es negociable. Sin permitir que los hechos interfieran con un buen argumento, no tiene rival en cuanto a exagerar y distorsionar la verdad. Él es una persona muy convincente y un mentiroso empedernido que se está labrando una prometedora carrera legal, representando a los personajes más inmorales de la sociedad, clientes que otros abogados no representan por pura ética. Pero lo que hace de Fletcher un buen abogado es también lo que le convierte en un padre irresponsable. Un día, su hijo Max lo transforma en una persona honrada y Fletcher descubre que su más preciado tesoro, su boca, de repente se ha convertido en su más grave debilidad.