Acostumbrada a la tranquilidad de Illinois donde tiene su residencia, la Dra. Kate Forester se traslada a un ajetreado hospital de Chicago. Lo que más la duele es desprenderse de su preciosa casa de madera con unas enormes ventanas que dan al lago. Pero se la alquila a un desconocido, al que deja una nota pidiéndole que le reenvíe el correo a la nueva dirección. Alex Wyler, el nuevo inquilino, es un frustrado arquitecto con mucho talento que tiene una conexión especial con la casa.