Baz y Garrow van comprendiendo su misión y se dan cuenta de que necesitan a Fulmer para que les ayude, lo cual le genera una enorme intranquilidad a este, que trata de aferrarse a su cordura. Cuando la ansiedad de la tripulación crece al desaparecer cualquier rastro de esperanza, Magnus pierde el temple al acrecentarse las tensiones entre el grupo y alcanzar estas su punto álgido.