El siguiente destino de Tanjiro, Nezuko, Inosuke y Zenitsu es el monte Natagumo. En sus bosques tienen su guarida incontables arañas que han hecho de esas tierras su fortín. Zenitsu, muerto de miedo, queda rezagado mientras Tanjiro e Inosuke se encuentran con otros cazademonios que han caído presa de hilos de araña.