Rin elige agregar a Isagi a su equipo y, junto con Bachira, pasan la segunda selección. Esperando por ellos en el otro lado es un partido de 5 contra 5 contra un equipo de jugadores de clase mundial. Gracias al juego coordinado de Isagi, Bachira y Rin, logran marcar el primer gol, pero pronto se ven abrumados por la destreza y habilidad superior del equipo contrario. A pesar de esto, siguen luchando desesperadamente hasta el último segundo, desatando sus propios «egos». Como resultado, el proyecto «Blue Lock», cuyo objetivo es producir al mejor delantero del mundo, entra en una nueva fase.